TOLTECAS
La cultura tolteca perteneció a una de las distintas poblaciones
precolombinas mesoamericanas, específicamente al pueblo náhuatl que ocupó el norte del altiplano
mexicano durante los siglos X al XII.
Su nombre probablemente signifique en
lengua náhuatl “Morador de Tula”, dado que sus principales centros se localizaban en lo que actualmente
se conoce como Tula de Allende en el estado de Hidalgo, México.
Esta ciudad se habría llamado
Tollan-Xicocotitlan y habría sido fundada antes del año 667 d.C. y allí habría
residido su monarquía, que duró 384 años y tuvo ocho gobernantes o tlahtoques. En esta ciudad se encuentran hoy en día los
célebres “atlantes” toltecas, guerreros toltecas tallados en piedra.
El apogeo de la cultura tolteca tuvo
lugar entre los años 900 y 1200 d.C. y se ha comprobado que tuvieron una
notoria influencia sobre los mayas.
· Ubicación geográfica
Los toltecas fueron inicialmente un
pueblo nómada. Iniciaron su peregrinación dejando atrás un sitio llamado
Huehuetlapallan o “Vieja tierra roja”, y erraron durante casi 104 años hasta
asentarse en el territorio hoy perteneciente a los estados mexicanos de
Zacatecas, Hidalgo y parte de Jalisco.
· Organización socio política
Los toltecas
obedecían a una monarquía de corte militarista, que
imponía una sociedad de castas: la guerrera en primer término junto con los
funcionarios, sacerdotes y jerarcas, encargados de la conducción, del
calendario y de las funciones rituales.
Luego la clase servil, integrada por los trabajadores
agrícolas, artesanos, alfareros, carpinteros, hilanderos, pintores, lapidarios
y albañiles, etc. Finalmente estaban los esclavos, a menudo capturados de otras
culturas vecinas.
· Economía
La economía tolteca se sostenía
en la agricultura, a partir del cultivo de amplios campos irrigados por un
sistema complejo de canales, en donde se daba el maíz, los frijoles y el
amaranto. También el trabajo de metales, piedras y un vasto sistema de
recolección de tributos.
· Arte y artesanía
La artesanía
tolteca y sus representaciones artísticas o rituales estaban muy vinculadas, y
en ellas abunda la cerámica, el tallado en piedra, la pintura y los
murales. Son célebres los guerreros de piedra o “atlantes” que aún permanecen
en la ciudad de Tula, y que habrían estado decorados con mosaicos y plumas.
También se conocen las representaciones de corte claramente tolteca del dios
Quetzalcóatl en el Chichen Itzá.
· Alimentación
El amaranto era
un alimento clave en la dieta tolteca, rasgo que compartía con muchas
poblaciones distintas mesoamericanas y que hoy en día perdura en la elaboración
de las “alegrías” mexicanas, mezclado con miel, maní y pasas.El amaranto también podría tener usos rituales y comerciales, ya que es posible almacenarlo por mucho más tiempo que el maíz y los frijoles, otros productos centrales en la dieta tolteca.
· Mitología
Su religión y
cosmovisión contemplaba una serie de dioses centrales como Quetzalcóatl,
Tláloc, Centéotl, Itzlacoliuhque y Tezcatlipoca, a quienes rendían culto y
ofrecían sacrificios humanos.
Suyo es el origen del mito de Quetzalcóatl, heredado por
otras culturas y distorsionado hasta convertirse en una multiplicidad de
versiones. En casi todas, no obstante, se observa la caída del dios por haber
cedido a sus pasiones carnales.